Como salidos de un cuento de Isaac Asimov, este dúo de robots, amenizan con mucha alegría las tocadas, y para lograrlo suelen acompañarse de robots de menor jerarquía a los que no les permiten moverse por sí mismos y a los que tienen esclavizados para seguir sus ordenes mediante extremidades que parecen copia exacta a dedos, a ratos y gracias al hipnótico ritmo que emiten las bocinas y un poco de aturdimiento cerebral, los puedes imaginar cómo humanos, hasta hay leyendas oscuras que dicen que no están muy lejos de conseguir la humanización completa ya que han aprendido a modificar su programación, pues se les ha notado improvisando en acciones propias a la euforia que se llega a sentir al crear sonidos armonizados y placenteros al oido humano.
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